Chomsky vs Lacan o por qué teoría en tiempos de caos
Chomsky se refirió a la teoría de pensadores como Derrida, Lacan
y Žižek en términos sumamente peyorativos. ¿Hacer teoría en el mundo
actual es un ejercicio vano y onanista o es una pausa necesaria en el
frenesí de la historia contemporánea?
En una entrevista radiofónica a fines
del año pasado, el reconocido lingüísta e intelectual estadunidense Noam
Chomsky compartió su postura respecto al estado de la teoría actual,
refiriéndose concretamente (a petición del entrevistador) al trabajo de
Jacques Derrida, Jacques Lacan y Slavoj Žižek.
Para Chomsky, conocido por su militancia
en distintas causas humanitarias y campos de la ciencia en todo el
mundo, la teoría debe dar paso a explicaciones concretas sobre el mundo,
de las cuales “puedas deducir conclusiones, proposiciones empíricamente
comprobables”, desestimando así la teoría que como la de Derrida, Lacan
o Žižek, aborda problemas relacionados con la formación del sujeto, la
crítica del lenguaje o de la ideología.
“Lo que digo al decir que no estoy
interesado en la teoría es decir que no estoy interesado en hacer
posicionamientos, usando términos elegantes con polisílabos”, dijo
Chomsky, para quien la teoría debería servir, en cambio, para “explicar
en cinco minutos [algo] a un niño de 12 años. Dígame si puede encontrar
eso cuando todas las palabras elegantes sean decodificadas. Yo no
puedo.”
¿Pero se tratará en este caso de un
problema de lectura (o “codificación”, como él lo llama) o de una
genuina crítica al trabajo de dos de los teóricos más influyentes del
siglo pasado (Derrida y Lacan) y del provocador trabajo de Žižek para
encontrar las trazas de ideología desplegadas en nuestros actos
cotidianos? Es una pregunta que vale la pena hacer, me parece, pues
Chomsky (avezado en sinnúmero de temas y protagonista indiscutible de la
historia contemporánea) no parece entender la teoría lacaniana ni
mostrar demasiado interés en ella, a pesar de haber conocido a Lacan en
persona.
“A Jacques Lacan de hecho lo conocí. Lo
aprecié de algún modo. Tuvimos reuniones de vez en cuando. Pero
francamente pensé que él era un charlatán total. Simplemente tomaba
posturas para las cámaras de televisión del modo en que muchos
intelectuales parisinos hacen ahora. Por qué esto es influyente, no
tengo ni la más remota idea. No veo nada ahí que pudiera ser
influyente.”
Sin embargo, creo que Chomsky entiende
la base de la teoría lacaniana, aún a pesar de sí mismo, cuando se
refiere a Lacan como un charlatán total. Pensemos en conferencias como Louvain en 1972,
uno de los documentos audiovisuales que nos permiten acceder a Lacan en
su hábitat natural: en sus seminarios. Se trata sin duda y a primera
vista, desde el minuto uno, de un actor frente a un escenario. Es en la
oralidad donde Lacan puede desplegar uno de los cimientos de su teoría,
el lenguaje no como la conciencia del lenguaje, sino como la
transferencia de la propia conciencia del lenguaje que se evidencia a sí
mismo en las pausas, los gestos, los ritmos, y frente al cual, el que
habla, como un ventrílocuo, responde. Es la tentativa de mostrar el
funcionamiento del inconsciente estructurado como un lenguaje; incluso
la irrupción de lo Real, como Lacan la
llamaría, del joven situacionista que lo llena de espuma de afeitar.
¿Qué hace Lacan en estos casos? Convertir la experiencia en teoría, no
“naturalizar” lo Real. Es decir, Lacan efectivamente es un actor en un
teatro de improvisaciones, la diferencia con Chomsky es que Lacan sabe que es un actor, mientras Chomsky actúa de filósofo sin saberlo.
Con Žižek ocurre algo similar. Incluso
el filósofo esloveno ha dedicado alguna conferencia y algún artículo a
responder a sus críticos; no se trata de un dogma, en su caso, del
comunismo como única vía de renovación y transformación social, sino de
lo más parecido a una visión utópica de la realidad contemporánea. El
proyecto de Žižek, como el de Chomsky, busca hallar en el asidero de la
realidad algunas pistas para entender el momento histórico en que
vivimos, y participar de su transformación. Muestra de ello fue la
presencia que Žižek tuvo en Occupy Wall Street y que dejó marca en el
libro The Year of Dreaming Dangerously, suma de sus reflexiones respecto a los movimientos sociales en diferentes partes del mundo durante el 2012.
El ensayista mexicano Gabriel Zaid ha dicho en su libro Poesía en la práctica que
el escritor es aquel señor al que le pagan –o no– por ponerse a hablar
como escritor y escribir como escritor. Es uno que entra y sale de su
papel siendo rabiosamente él mismo. Llama la atención que Chomsky, de
afinada sensibilidad, no sepa ver en su propio papel de comentador
internacional aquello mismo que ataca en la teoría contemporánea: una
performance, un hacer el papel de sí mismo ahí donde se le requiere. El
trabajo e incluso la incidencia política de su presencia en los
recientes conflictos de Medio Oriente ha sido influyente en el proceso,
sin duda, pero el ataque a Lacan y Derrida, lanzado gratuitamente y a
manera de anécdota en un programa radiofónico, son muestra de mezquindad
intelectual y falta de atención lectora, por lo menos. Hacer teoría en
tiempos de caos no implica dar la espalda al mundo y ponerse a pensar;
significa, como decía Walter Benjamin, “ponerle freno al tren de la
Historia”, un tren cuya aceleración amenaza con el descarrilamiento.
Twitter del autor: @javier_raya
FUENTE PIJAMA SURF
. COMO DESARROLLAR INTELIGENCIA ESPIRITUAL
ResponderEliminarEN LA CONDUCCION DIARIA
Cada señalización luminosa es un acto de conciencia
Ejemplo:
Ceder el paso a un peatón.
Ceder el paso a un vehículo en su incorporación.
Poner un intermitente
Cada vez que cedes el paso a un peatón
o persona en la conducción estas haciendo un acto de conciencia.
Imagina los que te pierdes en cada trayecto del día.
Trabaja tu inteligencia para desarrollar conciencia.
Atentamente:
Joaquin Gorreta 55 años