¿Qué ocurre con tu cuerpo durante las primeras 48 horas inmediatas a la muerte?
- FUENTE : pijamasurf
La muerte puede ser el final de la conciencia como la conocemos,
pero el cuerpo sigue activo durante las primeras horas, generando
procesos orgánicos fascinantes que finalmente afirman la fuerza de la
vida.
Los seres humanos han enterrado a sus
muertos desde hace al menos 350 mil años: ya sea que seamos embalsamados
–sustituyendo nuestros fluidos internos por preservativos– o cremados a
temperaturas superiores a 1,000 grados Celsius, nuestros cuerpo tiene
sólo un tiempo limitado después de que los signos vitales desaparecen,
antes de desaparecer también él.
La muerte es la última parada en cada
aventura humana: no importan nuestros méritos ni nuestras derrotas, pase
lo que pase nuestro cuerpo entrará en un proceso biológico y natural en
el cual la materia orgánica vuelve a aprovecharse por las bacterias que
nos habitan, y en dado caso, por el medio ambiente
que nos acoge. Por eso es interesante conocer algunos de los procesos
que le ocurrirán a tu cuerpo cuando emprenda la última aventura.
Algor mortis
Los primeros minutos a partir de la
muerte –cuando el corazón deja de latir– se caracterizan por una caída
en la temperatura corporal de aproximadamente un grado cada hora hasta
que el cuerpo se estabiliza a temperatura ambiente. Al ocurrir esto (el
algor mortis), la sangre se vuelve más ácida y el dióxido de carbono
aumenta, lo que hace que las células se abran, liberando enzimas hacia
los tejidos, las cuales comienzan a digerirse a sí mismas.
Livor mortis
La gravedad influye en el cuerpo y el
comportamiento de la sangre que va muriendo. A pesar de que la piel
adopte un tono blanco-cadavérico, las células rojas de la sangre
comienzan a concentrarse en las zonas del cuerpo más cercanas al suelo.
La circulación se detuvo, por lo que el cuerpo comienza a presentar
pequeñas marcas púrpuras que se conocen como livor mortis, y a través de
las cuales los médicos pueden saber exactamente la hora en que el
cuerpo falleció.
Rigor mortis
El endurecimiento del cuerpo se produce
porque los yacimientos de calcio en las membranas de nuestros músculos
desbordan las células, provocando que los músculos se contraigan y
endurezcan. Este proceso comienza aproximadamente tres o cuatro horas
después de la muerte, llega a su máximo a las 12 horas y se disipa a las
48 horas.
Putrescina y cadaverina
Cuando las enzimas del páncreas hacen
que este órgano comience a digerirse a sí mismo, los 100 mil billones de
bacterias que han pasado sus vidas en nuestros intestinos se dan un
festín. El cuerpo se va comiendo a sí mismo de adentro hacia afuera, y a
medida que las bacterias comen, secretan putrescina y cadaverina,
compuestos que le dan a los cuerpos muertos su olor característico.
¿Cuerpos de cera?
Si un cuerpo muerto entra en contacto
con el suelo frío o el agua, podría desarrollar adipocira, conocida
también como “grasa de cadáver”, un material parecido a la cera que se
forma cuando las bacterias rompen el tejido blando. La adipocira es un
preservador natural de los órganos internos, y puede hacer creer a los
investigadores forenses o a los médicos que los cuerpos llevan muertos
menos tiempo del que en realidad es.
El regreso a la tierra y la disolución
de la conciencia pueden ser vistos también como procesos fascinantes en
los que nuestros cuerpos cumplirán nuevos ciclos y tareas para seguir
transformando la materia en el universo: conocerlos nos hace admirar más
la forma en que la vida se recicla a sí misma sin desperdiciar nada.
Muy interesante, es fascinante el cuerpo humano hsta despues de morir nos asombra...
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