DETRAS DE LO APARENTE. EL PODER DE LA PALABRA. CONSTANCIA.
Uno de los problemas más comunes con que se enfrenta cualquier persona
que quiere conseguir algo en su vida es la falta de constancia. Cuando
nos proponemos alcanzar ciertas metas, ya sea un logro material como
puede ser aprender a tocar música, como un logro espiritual que pudiera
ser la cristalización de nuestro espíritu, necesitamos de una
continuidad de propósito, de una intención sostenida, de una constancia.
Todos conocemos personas que inician un camino que, en principio, creen
firmemente en él, para luego dejarlo y tomar otro que ha llamado
poderosamente su atención, y luego otro... A veces se cree que son
caminos paralelos que vienen a sumar al mismo camino, pero otras veces
son desviaciones camufladas con sutiles y atractivos señuelos para
captar la atención del buscador desprevenido.
Una vez elegido el camino a emprender, dentro de la ecuación de elección
de cada uno, hay que saber mantener la continuidad de propósito con
perseverancia, con los choques conscientes correspondientes a los puntos
de inflexión y con una alimentación de impresiones que sumen y
mantengan la energía en continuo desarrollo. De lo contrario,
desistiremos con facilidad cuando otras intenciones nos salgan al paso, y
de seguro que saldrán.
El mariposeo de flor en flor es típico de aquellos que en el fondo no
saben bien lo que quieren. De manera que hoy están aquí y mañana están
allí, en una variación constante de su centro de gravedad y en una
experimentación errática del buscador que sólo hace eso: buscar y
buscar. Y cuando se encuentran de narices con el objeto de su búsqueda,
no sabe verlo o no lo quiere reconocer, pues a veces la búsqueda está
movida por fantasmas del ego que le hacen dar vueltas y vueltas en cada
nueva aventura que capta su interés, pero que lo mantienen en el mundo
de las teorías, de las ideas, de las suposiciones mezcladas con dosis de
fantasías que contentan momentáneamente al aventurero pero que
mantienen intacto al ego, camuflado en las ínfulas de conocimiento.
La veleidad es un obstáculo muy serio para el iniciado pues si bien el
cielo se toma por asalto, antes debe prepararse bien para convertirse en
un Guerrero implacable que venza al enemigo más poderoso de todos: a sí
mismo. El aprendizaje, el entrenamiento, el manejo de energías, el
ganarse el derecho de sus propias armas y el fortalecimiento de su
voluntad por encima del deseo, tienen un hilo conductor, una corriente
fluida mantenida con la energía de la perseverancia y la constancia.
Esa constancia debe tener un aliado fiel, que es la paciencia. No la
paciencia de esperar a que algo pase sin movernos de nuestro sitio, sino
la de no perder la calma cuando los frutos se hacen esperar o cuando
los obstáculos aparecen en el camino. Pues es la impaciencia la que
muchas veces malogra el trabajo avanzado con esfuerzo y tira por la
borda las conquistas que están cercanas.
Un proverbio chino dice: “Siéntate pacientemente junto al río y verás
pasar el cadáver de tu enemigo flotando” (La cultura china no ve la
paciencia como una forma de resignación sino como una virtud frente a la
adversidad). La constancia necesita de su alimento diario, de sus dosis
de entusiasmo y de su renovación de propósito; pues tan largo se hace
el camino como alta es la cima vislumbrada, pero a cada paso hay
lecciones que saborear.
Cuando la constancia es un ejercicio de voluntad mantenida en el tiempo,
sin perder el rumbo, y confiando en sus fuerzas, podrá ser derribado
una y mil veces, pero nunca ser derrotado.
FUENTE http://detrasdeloaparente.blogspot.com.es/
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